¿Aparecen más socavones a causa del cambio climático?

En el extremo nororiental de la Amazonia brasileña, las casas se tambalean al borde de enormes hundimientos repentinos del suelo. Los grandes socavones hacen que más de mil personas corran el riesgo de perder sus casas, lo que ha llevado al gobierno del estado a declarar la emergencia.

Este tipo de socavones han aparecido en ciudades de todo el mundo, incluidos Estados Unidos,Turquía e Irán. Pueden surgir de repente, poniendo en peligro vidas y hogares.

¿Qué son exactamente?

Los socavones son depresiones del terreno que se forman cuando el agua erosiona el suelo. Esto puede ocurrir de forma natural cuando las precipitaciones penetran en el suelo y disuelven el lecho rocoso subyacente. Pero también puede ser el resultado de fugas en las tuberías de agua subterráneas, de la fracturación hidráulica para extraer combustibles fósiles y de la actividad minera.

Según Hong Yang, catedrático de Ciencias Ambientales de la Universidad británica de Reading, es más probable que se produzcan socavones en regiones con “terreno kárstico”, es decir, zonas formadas por lecho rocoso soluble, como piedra caliza, lechos de sal o yeso, que puede ser disuelto por las aguas subterráneas. Yang ha publicado recientemente una investigación sobre la mitigación de los riesgos de socavones intensificados por el cambio climático.

“En Estados Unidos, alrededor del 20% de la superficie es susceptible de sufrir daños, siendo Florida, Texas, Alabama, Misuri, Kentucky, Tennessee y Pensilvania las zonas más afectadas”, explica a DW. Otros puntos calientes son el Reino Unido, en concreto zonas como Ripon y Valles de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, la región italiana del Lacio, la península mexicana de Yucatán, partes de China, Irán y Turquía.

¿Qué papel desempeña el cambio climático?

Según las investigaciones, el cambio climático aumenta la frecuencia de los socavones al intensificar los fenómenos meteorológicos extremos.

“Las sequías hacen descender el nivel freático, eliminando el soporte subterráneo de la tierra que se encuentra por encima. Cuando van seguidas de tormentas intensas o lluvias torrenciales -que también son cada vez más frecuentes debido al cambio climático-, el peso y la saturación repentinos del agua pueden provocar el colapso del suelo debilitado”, explica Yang.

Es el caso del “granero de Turquía”, la llanura de Konya en Anatolia central. Se trata de un terreno kárstico en el que la creciente sequía está provocando la aparición de más sumideros en zonas pobladas.

Hasta el año 2000, los investigadores de la zona solían registrar un socavón cada pocos años, según Fetullah Arik, profesor de la Universidad Técnica de Konya que dirige el centro de investigación de socavones de la universidad. Sólo en 2024, documentaron 42.

El nivel de las aguas subterráneas en la cuenca de Konya ha descendido al menos 60 metros en comparación con 1970.

“En algunas zonas cercanas a los bordes de la cuenca no se encuentra agua subterránea, aunque las perforaciones tengan más de 300 metros de profundidad”, añadió.

La sequía relacionada con el cambio climático está reduciendo los niveles de las aguas subterráneas porque las precipitaciones no reponen las fuentes de agua. Pero como la gente sigue necesitando agua, la bombea en grandes cantidades, lo que a su vez agrava el riesgo de socavones. En las zonas pobladas, esto también significa que los edificios son más vulnerables al derrumbe.

“Antonios E. Marsellos, profesor asociado de Geología, Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de Hofstra, en el estado de Nueva York, explica: “Si sacas agua de un envase de jugo demasiado deprisa, los laterales se hunden: es como bombear demasiada agua subterránea, de modo que el soporte del subsuelo se debilita y puede derrumbarse igual que el envase de jugo que se dobló”.

¿Podemos prevenirlos?

Los expertos recurren a tecnologías como la teledetección por satélite y el radar de penetración en el suelo para detectar hundimientos sutiles del terreno y oquedades subterráneas que permitan detectar los socavones antes de que colapsen, explica Yang. Otros métodos de detección son el control del nivel de las aguas subterráneas y la realización de estudios geotécnicos antes de construir en la zona.

Si se encuentra un vacío subterráneo, los expertos actúan entonces como un dentista, dijo Marsellos.

“Es exactamente lo mismo que hacemos nosotros: comprobamos si hay alguna cavidad, básicamente cualquier espacio vacío bajo el suelo que con el tiempo no podrá contener ese espacio vacío”.

Según las condiciones locales, como la composición de la roca y la actividad tectónica, la cavidad podría entonces rellenarse, con cemento, por ejemplo, explicó.

En la región turca de la cuenca de Konya, donde más del 80% del agua consumida se destina a la agricultura, Akir afirma que el factor más importante es regular el uso excesivo de aguas subterráneas para que el suelo tenga ese estabilizador natural debajo

Otras estrategias de prevención incluyen el control del drenaje y la reparación de fugas, así como la aplicación de estrictos códigos de construcción, explicó Yang.

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